sábado, 21 de julio de 2007

Avergonzado y rojo como un ají... rojo, le pedís si te puede prestar once pesos para pagar la cuenta, porque saliste de casa sin un céntimo. Ella te mira anonadada. Le explicás que nunca te pasa eso, que es lunes, y saliste medio dormido....


Ella, silenciosamente, saca su billetera, llama al mozo y pide la cuenta. No parece estar molesta, de modo que seguís la conversación lo más tranquilo, comentándole que este mes te hiciste socio del club de golf, y que sería buenísimo que vayan un día juntos. Mientras ella paga la cuenta, le decís que además de canchas de golf hay piscina, y que los domingos hay conciertos de artistas en vivo al atardecer....


Ella termina de escucharte, y te propone que la acompañes a tomarse un taxi. Winner total, vas con ella, feliz.

Sonriente, te despide ya sentada en el taxi.


- Fue un gusto conocerte..... pero si me llegás a llamar por teléfono, mandar un email, o tan solo mencionar mi nombre en voz alta, seco de mierda, avaro sucio, te voy a mandar a mi primo, el que trabaja en la brigada de explosivos, a que te ponga una bomba en las pelotas, así no le hacés perder el tiempo más a nadie. - y, ya furiosa, remata con un:- ¡¡Gil!!.


Moraleja: Querido gilipollas: No salgas nunca de tu casa sin: dinero para un cafecito, profilácticos, y, ya que estamos, desodorante, por las dudas.....

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